Cirugía de Cox

Los impulsos eléctricos generados por el músculo cardíaco (el miocardio) estimulan el latido (contracción) del corazón. Esta señal eléctrica se origina en el nódulo sinusal o sinoauricular (SA), que se encuentra en la parte superior de la cavidad superior derecha del corazón (la aurícula derecha). El nódulo SA también se denomina el «marcapasos natural» del corazón. Cuando el nódulo SA genera un impulso eléctrico, estimula la contracción de las aurículas. A continuación, la señal pasa por el nódulo auriculoventricular (AV). El nódulo AV envía la señal por las fibras musculares de las cavidades inferiores (los ventrículos), estimulando su contracción.

Toda irregularidad en el ritmo natural del corazón se denomina «arritmia».

¿Por qué necesito someterme a una intervención de Cox?

La cirugía de Cox también se denomina «procedimiento de Cox» o «técnica de laberinto». Se emplea para tratar la fibrilación auricular (FA) crónica. La FA es un ritmo cardíaco rápido e irregular que se produce cuando las cavidades superiores del corazón se contraen en forma no coordinada. La FA es peligrosa porque puede producir una acumulación de sangre en estas cavidades. La acumulación de sangre puede dar lugar a la formación de grumos de sangre denominados «coágulos sanguíneos». Si un coágulo sanguíneo se desplaza del corazón a una pequeña arteria del cerebro, puede obstruirla y provocar un accidente cerebrovascular.

La cirugía de Cox cura la FA mediante la creación de un «laberinto» de nuevas vías de conducción eléctrica para que los impulsos eléctricos puedan propagarse fácilmente por el corazón.

El cardiólogo le recomendará la cirugía de Cox si no pueden tratarle la FA con medicamentos u otros tratamientos.

Lo que puede esperar

La operación se programará para el día que más les convenga a usted y al cirujano, excepto en casos de urgencia. Avíseles al cirujano y al cardiólogo si ha habido cambios en su salud, incluso si ha tenido síntomas de resfriado o de gripe. Las infecciones pueden afectar la recuperación.

Además, repase con el cardiólogo y el cirujano la lista de todos los medicamentos que toma (recetados, de venta sin receta y suplementos).

Es posible que antes de la operación deba hacerse un electrocardiograma, análisis de sangre y orina, y una radiografía de tórax. Los resultados de estas pruebas le darán al cirujano la información más actualizada sobre su salud.

Si fuma, el médico le pedirá que deje de hacerlo por lo menos dos semanas antes de la operación. Fumar antes de la intervención puede causar problemas respiratorios y de coagulación.

La noche anterior a la operación le pedirán que se bañe para reducir la cantidad de microbios que tiene en la piel. Durante la intervención se le administrará un medicamento para causarle sueño. Esto se conoce como «anestesia». Como la anestesia es más inocua si se administra en ayunas, le pediremos que no coma ni tome nada desde la medianoche del día anterior. Si come o toma algo después de la medianoche, es importante que les informe al anestesiólogo y al cirujano.

Recibirá instrucciones completas del cardiólogo y del cirujano antes de la operación, pero a continuación encontrará una explicación de lo que puede esperar durante la operación.

El día de la intervención

La mayoría de los pacientes son ingresados en el hospital el día anterior a la intervención o, en algunos casos, la mañana de la intervención.

Se le colocarán en el pecho pequeños discos de metal denominados «electrodos». Estos electrodos se conectan a un electrocardiógrafo que registrará el ritmo y la actividad eléctrica del corazón. Se le administrará un anestésico local para insensibilizar la zona donde se introducirá un tubo plástico (denominado «vía») en una arteria de la muñeca. Una vía intravenosa (IV) se introducirá en una vena. La vía IV se empleará para administrarle el anestésico antes de la operación y durante la operación.

Una vez que esté usted totalmente dormido, se le introducirá en la tráquea un tubo que se conectará a un aparato denominado «respirador», cuya función es mantener la respiración. Otro tubo se introducirá por la nariz y el esófago hasta llegar al estómago. Este tubo impedirá que se acumulen líquidos y aire en el estómago para que, al despertarse, no sufra de náuseas ni distensión abdominal. Se le introducirá en la vejiga un tubo delgado denominado «sonda», para conducir al exterior la orina producida durante la operación.

El cirujano cardiovascular dirige el equipo quirúrgico, que incluye otros cirujanos ayudantes, un anestesiólogo y enfermeras quirúrgicas. Al comenzar la operación, el cirujano realiza un corte (denominado «incisión») a lo largo del centro del tórax. A continuación se divide el esternón para que los cirujanos puedan ver el corazón.

En las intervenciones de Cox se emplea una máquina de circulación extracorpórea. Un perfusionista o especialista en flujo sanguíneo opera la máquina.

Después de conectar al paciente a la máquina de circulación extracorpórea, se detiene y enfría el corazón.

Durante la intervención, el cirujano realiza varias incisiones pequeñas en ambas cavidades superiores del corazón. Para realizar las incisiones, los cirujanos pueden emplear un cuchillo quirúrgico afilado denominado «bisturí», un aparato de crioablación que destruye el tejido al congelarlo, o un aparato de radiofrecuencia que destruye el tejido empleando energía de radiofrecuencia (similar al calor generado por las microondas). Algunos cirujanos emplean una combinación de técnicas para realizar las incisiones. Las incisiones se realizan en una configuración determinada, similar a un laberinto, que dirigirá los impulsos eléctricos del corazón directamente a las cavidades inferiores del corazón. La cirugía de Cox es eficaz porque cuando el corazón sana, se forma tejido cicatricial. El tejido cicatricial no puede conducir impulsos eléctricos. Por consiguiente, el tejido cicatricial que se forma alrededor de las incisiones mantiene los impulsos eléctricos bien encaminados.

Al terminar la intervención, se reanima el corazón y se desconecta al paciente de la máquina de circulación extracorpórea. La intervención toma alrededor de tres horas.

Cuando un paciente tiene FA junto con algún otro problema cardíaco, tal como una enfermedad arterial coronaria o una enfermedad valvular, el cirujano podría combinar la intervención de Cox con otras operaciones a fin de corregir ambos problemas. También puede implantarse un marcapasos durante la intervención.

Tiempo de recuperación

Anticipe una estancia en el hospital de unos 5 a 7 días o más, durante la cual permanecerá de uno a dos días en la unidad de terapia intensiva.

Recibirá medicamentos denominados diuréticos, que sirven para controlar la acumulación excesiva de líquidos tras la intervención. También podría necesitar aspirina durante las primeras seis semanas después de la intervención para evitar la formación de coágulos sanguíneos.

La vida después de una intervención de Cox

Toma alrededor de dos meses, normalmente, restablecerse tras una intervención de Cox. El paciente podría notar un poco de dolor en el lugar donde se abrió el tórax y que está más cansado de lo habitual. Esto es normal. El paciente típicamente podrá reintegrarse al trabajo después de alrededor de tres meses. La mayoría de los pacientes se sienten totalmente restablecidos dentro de los seis meses de la intervención.